Dos corazones latiendo bajo una misma piel
“El embarazo es una de las etapas más sorprendentes y especiales en la vida de una mujer. Cuerpo, mente y alma están en continuo cambio"
Primera Consulta Piel y Maternidad con Dra. Maroñas 250€. Consultas sucesivas 160€

El embarazo es una de las etapas más sorprendentes y especiales en la vida de una mujer. Cuerpo, mente y alma están en continuo cambio
En el mismo momento de la concepción, se inicia un periodo conocido como la ventana de los 1000 días que comienza en la concepción y se extiende hasta los dos primeros años de vida, es una etapa crucial en la que se producen importantes cambios físicos, mentales y emocionales.
Con hábitos de vida saludables, estos cambios pueden influir positivamente en la salud futura de la madre y el bebé, siendo la piel uno de los órganos que más se transforma. En esta revolución, la piel es uno de los órganos que más cambia y se modifica.
A estos 1000 días, personalmente me gusta llamarlos la “ventana de la oportunidad” porque nos brindan una oportunidad excelente no sólo para proteger y cuidar de nuestros hijos si no también para aprender a mimarnos y a cuidarnos a nosotras mismas.
En este espacio encontraréis información sobre cómo cuidar vuestra piel en las distintas etapas de vuestra maternidad. Repasamos las alteraciones dermatológicas que más frecuentemente aparecen en la piel y el cabello durante el embarazo y el postparto, aportando consejos útiles sobre su cuidado que podréis incorporar en vuestro día a día.
Acné en el embarazo
El acné en la mujer embarazada es especialmente frecuente durante el primer trimestre aunque también pueden verse rebrotes hacia las ultimas semanas de la gestación.
¿Qué es el acné?
¿Por qué aparece?
¿Cómo se manifiesta?
Prevención
Tratamientos disponibles












Cambios en la piel durante el embarazo
De forma general, podemos hablar de tres grandes grupos de cambios en la piel que comúnmente suelen darse durante el embarazo.
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Cambios Fisiológicos
Pigmentación
Aparición de manchas hormonales o melasma del embarazo, oscurecimiento de la línea alba, las areolas y los genitales.
Vasculares
Arañas vasculares, varículas, varices, sangrado de ePigmentación
Aparición de manchas hormonales o melasma del embarazo, oscurecimiento de la línea alba, las areolas y los genitales.
Glándulas
Aumento del sudor (hiperhidrosis) y la secreción sebácea (seborrea, piel grasa)
Empeoramiento de enfermedades previas de la piel como el acné, la rosácea o la dermatitis atópica.
Acné en el embarazo
Suele aparecer generalmente en el primer trimestre por el gran aumento de estrógenos y progesterona y suele presentarse como granos rojos dolorosos en la cara (zona de las mejillas, alrededor de la boca, la mandíbula) y parte alta del cuello. Al resolverse pueden dejar mancha o pequeñas marcas.
Rosácea en el embarazo
La acción vasodilatadora de la progesterona favorece la aparición de rojeces faciales transitorias (flushing), rojeces faciales persistentes (enrojecimiento permanente de las mejillas, la frente o el mentón conocido como cuperosis) y de pequeñas dilataciones vasculares en la cara, conocidas como arañas vasculares o telangiectasias. La piel se vuelve globalmente más sensible y reactiva.
Dermatitis atópica en el embarazo
Existe una mayor facilidad para la deshidratación de la piel, una mayor tendencia a tener la piel seca, al picor cutáneo y a la aparición de eccemas (placas rojas descamadas que pican) especialmente en las piernas o las areolas.
Aparición de enfermedades inflamatorias exclusivas del embarazo
Prurigo o urticaria del embarazo
Erupción polimorfa del embarazo
Herpes gestationis
Acné en el embarazo
El acné en el embarazo es una enfermedad inflamatoria de la piel que puede aparecer de novo, es decir, por primera vez en pacientes que previamente no padecían este trastorno o bien puede verse como un empeoramiento de un acné previo.
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¿Por qué aparece y cómo se manifiesta?
Fundamentalmente, se debe a la alteración hormonal fisiológica que acontece durante el embarazo, la cual facilita la aparición de seborrea y lesiones inflamatorias de acné especialmente en personas predispuestas.
El acné en el embarazo suele tener una apariencia “hormonal”, es decir, suele presentarse en forma de pequeños granitos rojos dolorosos en la zona de la barbilla, el mentón, las mandíbulas y parte alta del cuello. Las lesiones tienden a ser profundas lo cual puede favorecer el desarrollo de marcas residuales (pequeñas manchitas y/o cicatrices).
Prevención y tratamientos disponibles
Especialmente en mujeres con antecedentes de acné que deseen quedarse embarazadas o vayan a someterse a tratamientos de fertilización es importante instaurar de forma precoz una rutina de cuidado facial* que evite o minimice el posible empeoramiento de sus lesiones.
El tratamiento del acné durante el embarazo tiene ciertas limitaciones que debemos conocer para manejarlo de la mejor manera posible sin poner en riesgo la salud de nuestro bebé. Existen diversos medicamentos que habitualmente utilizamos para tratar el acné que no pueden usarse durante el embarazo. Por ello en estos casos lo ideal es siempre realizar una consulta especializada*.
Melasma en la mujer embarazada
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¿Por qué aparece y cómo se manifiesta?
Su aparición se debe a la influencia hormonal de estrógenos, progesterona y MSH (hormona estimulante del melanocito) que ocurre durante el embarazo, pero, además, intervienen otros factores como la predisposición genética, el tipo de piel y la exposición solar. Es más frecuente en embarazadas de piel morena (fototipos altos), mujeres con tendencia a la pigmentación y mujeres que no llevan unos hábitos correctos de fotoprotección.
Aparece en forma de manchas marrones en la frente, las mejillas, el mentón y la zona del bigote que, a veces adquieren un tono rojizo de base.
Su prevención es clave
La fotoprotección es imprescindible para prevenir la aparición del melasma, tanto en verano como en invierno y desde las primeras semanas de gestación. Se recomienda el uso de cremas solares de alta protección y amplio espectro. Los protectores solares minerales que incorporan pigmentos de color marrón, además de ejercer un efecto de “fotomaquillaje” aportan un plus de protección frente al desarrollo de manchas faciales. El uso de antioxidantes con vitamina C o niacinamida, previo a la aplicación del fotoprotector, ha demostrado ampliar el espectro de protección de las cremas solares, y neutralizar los efectos perjudiciales de la luz visible e infrarroja, también implicadas en el desarrollo y empeoramiento del melasma, especialmente en mujeres de piel morena.
Tratamientos disponibles
El tratamiento del melasma en embarazadas tiene ciertas peculiaridades, pero existen tratamientos seguros y eficaces que se puede aplicar durante esta etapa. Por ello, lo ideal es que elijamos juntas el mejor tratamiento que se adapte a tus necesidades.
Rosácea y rojeces faciales en el embarazo
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¿Por qué aparece y cómo se manifesta?
La rosácea es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel en la que existe una alteración de la respuesta vasomotora favorecida por la influencia hormonal durante el embarazo y un sobrecrecimiento de la población de Demodex spp.
El momento más crítico para su aparición son las últimas semanas del embarazo. Puede manifestarse en forma de enrojecimiento facial transitorio ante estímulos (cambios de temperatura, exposición solar, estrés, ingesta de determinados alimentos o bebidas), enrojecimiento permanente en mejillas, mentón y región frontal (cuperosis) y pequeños granitos rojos o quistes internos. No es raro encontrar además piel sensible o reactiva, la cual se manifiesta como una sensación de tirantez, escozor o malestar facial de forma espontánea o intolerancia a cosméticos.
Prevención y tratamientos disponibles
Para disminuir los brotes es fundamental evitar la exposición a ciertos estímulos e insistir en una adecuada fotoprotección idealmente con solares minerales. Si tienes rosácea, piel sensible o tienes predisposición a estas patologías y prevés quedarte embarazada próximamente, lo ideal es planificar con antelación tu cuidado facial.
Su tratamiento requerir terapia cosmética, medicamentos tópicos u orales así como láser o la luz pulsada. Durante el embarazo se pueden utilizar prácticamente todos los tratamientos dermocosméticos disponibles para la rosácea, pero existen restricciones a la hora de utilizar ciertas cremas (como el metronidazol) y diversos fármacos orales como las tetraciclinas, que están contraindicadas durante los meses de gestación. Por ello una mujer embarazada con rosácea moderada o severa debe ser valorada y seguida por un dermatólogo.
Estrías gravídicas
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¿Por qué aparecen y cómo se manifiestan?
Su principal factor causal es la predisposición genética. No obstante, la influencia hormonal y el factor mecánico (distensión abdominal) son otros factores que influyen en su aparición.
Al inicio se perciben como cambios al tacto, adelgazamiento o depresiones de la piel en las regiones laterales del abdomen, las caderas, los glúteos y los pechos. Una vez instauradas, aparecen hundimientos lineales de color variable según su tiempo de evolución. Así diferenciamos:
- Estrías rojas o estrías recientes. Generalmente responden mejor al tratamiento.
- Estrías blancas o estrías de mayor tiempo de evolución. Pueden aparecer directamente sin ser precedidas de estrías rojas y suelen ser más resistentes al tratamiento.
Prevención y tratamientos disponibles
El principal factor para prevenir la aparición de estrías es insistir en una adecuada hidratación de la piel desde el inicio del embarazo. Se recomienda la aplicación de cremas nutritivas ricas en manteca de karité, vitamina E, centella asiática, aceite rosa de mosqueta y antioxidantes de forma diaria e insistiendo en las zonas sometidas a mayor distensión.
Cuando antes se inicie su tratamiento durante el posparto, mayor capacidad tendremos de obtener los mejores resultados. Existen múltiples opciones terapéuticas compatibles con lactancia materna. Habitualmente es necesario combinar diversas técnicas que incluyen cremas con retinol, exosomas vehiculizados mediante microneedling, IPL para tratar el componente vascular (rojizo), láser fraccionados ablativos y no ablativos. Consúltanos cuál es tu mejor opción.
Dermatitis en el embarazo
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¿Por qué aparece y cómo se manifiesta?
Puede deberse a distintos factores que varían según el tipo de dermatitis. Los rebrotes de dermatitis atópica son especialmente frecuentes durante el embarazo por la tendencia a la sequedad de la piel que acontece en estos meses. Determinadas embarazadas también sufren empeoramiento o aparición de lesiones de dermatitis seborreica o dermatitis peribucal.
La dermatitis aparece como placas rojas que pican y se descaman. Según el tipo de dermatitis tienden a localizarse preferiblemente en determinadas zonas del cuerpo. Por ejemplo, la dermatitis seborreica afecta preferiblemente a la cara, al cuero cabelludo y al tórax mientras que la dermatitis atópica suele aparecer en las piernas, las manos y los párpados.
Prevención y tratamientos disponibles
Un denominador común para mejorar cualquier tipo de dermatitis es reforzar la función barrera de la piel manteniendo una correcta hidratación de la misma. Controlar los niveles de estrés en general también contribuye a disminuir la frecuencia e intensidad de los rebrotes.
El tratamiento de la dermatitis depende del tipo y de la gravedad de la erupción así como del historial clínico y los antecedentes de cada paciente. En caso de precisarse, no hay inconveniente en utilizar determinadas cremas con corticoides durante el embarazo para disminuir la inflamación de la piel. Es importante consultar*para poder indicar el mejor tratamiento médico en cada caso.
Picor y urticaria en el embarazo
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¿Por qué aparece y cómo se manifiestan?
Cuando el picor aparece de forma aislada, sin lesiones cutáneas, la causa conocida más frecuente es la deshidratación de la piel.
Si el picor aparece en las últimas semanas de gestación, es intenso, generalizado y empeora por las noches es necesario descartar una enfermedad específica del embarazo conocida como colestasis intrahepática del embarazo.
Si el picor se acompañe de lesiones en la piel habría que valorar erupciones específicas del embarazo (prurigo del embarazo, urticaria o herpes gestationis) así como exantemas no específicos de distinta naturaleza.
Prevención y tratamientos disponibles
Para prevenir y disminuir el picor durante el embarazo una guía básica es mantener la piel hidratada con cremas emolientes suaves idealmente sin perfumes.
El tratamiento del picor durante el embarazo requiere un diagnóstico dermatológico de su causa. Existen medicamentos tanto tópicos como orales que son compatibles para aliviar y tratar el prurito durante la gestación.
Uso de cosméticos en el embarazo
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Como norma básica: durante el embarazo se podrán utilizar todos aquellos cosméticos con ingredientes cuya absorción a través de la piel sea mínima y/o que en caso de existir no impliquen riesgo para el bebé.
Cosméticos compatibles con el embarazo
La mayor vascularización de la piel durante el embarazo podría traducirse en un aumento teórico de permeabilidad de las sustancias que aplicamos sobre la piel al torrente sanguíneo. Esto, en realidad, no es importante para la mayoría de los cosméticos que nos aplicamos ya que su acción queda restringida a las capas más superficiales de la piel, en concreto a la epidermis que no está vascularizada. De ahí que la mayor parte de los cosméticos habituales que consumimos no sea necesario suspenderlos.
Antioxidantes: vitamina C, vitamina E.
Antioxidantes y calmantes: niacinamida.
Hidratantes: ácido hialurónico, ceramidas.
Despigmentantes: ácido tranexámico, ácido azeláico.
Reparadores y retexturizantes: ácido glicólico, ácido láctico, ácido mandélico.
Cosméticos a evitar durante el embarazo
Cuando hablamos de cosmecéuticos como el retinol, es decir, sustancias con capacidad para penetrar a las capas más profundas de la piel como la dermis (que sí está vascularizada) debemos considerar el aumento fisiológico de la permeabilidad cutánea que ocurre en el embarazo y su mayor probabilidad (al menos teórica) de paso al torrente sanguíneo.
En estos casos, y pese a no existir evidencia sólida que confirme el perjuicio para el feto de la aplicación tópica de estas sustancias, actuamos desde la prudencia contraindicando su uso en embarazadas. Es suficiente suspender su aplicación cuando tengamos la confirmación del embarazo. No es necesario evitar su aplicación durante la búsqueda activa de tu bebé.
Reparadores celulares: ácido retinoico y derivados del retinol.
Despigmentantes con hidroquinona.
Ácido salicílico o concentraciones > 4% en áreas extensas.
Fotoprotectores con oxibenzona.
Aceites esenciales.
Uso de cosméticos en el postparto
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Dudas
Es relativamente común encontrar cierta controversia e incluso opiniones contrarias respecto a la compatibilidad de ciertos ingredientes cosméticos con la lactancia materna. Esto se debe fundamentalmente a que la escasez de ensayos clínicos en madres lactantes impide avalar esta indicación en la ficha técnica del producto cosmético, a pesar de que la evidencia clínica disponible muestre seguridad. Por ello, ante la duda sobre la posible incompatibilidad de un cosmético con la lactancia materna lo adecuado es que consultéis.
Herramientas
Una herramienta estupenda para tener a mano y poder realizar una primera consulta general de compatibilidades durante la lactancia materna es la WEB E-LACTANCIA*. No obstante, cada caso concreto conviene confirmarlo con tu dermatólogo.
Caída de pelo posparto (efluvio posparto)
A nivel estético es importante entender que ningún cuidado cosmético de peluquería está contraindicado durante la caída de cabello tras el parto. Así que… mis queridas mamis… ¡vía libre para cuidarse y verse bien en el posparto!
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¿Por qué aparece y cómo se manifiesta?
La caída brusca de los niveles de estrógenos y progesterona tras el parto favorece el paso de anagen (fase de crecimiento) a telogen (fase de caída) de un mayor número de folículos pilosos.
Se observan pelos caídos en la ducha, la ropa o la almohada; fácil desprendimiento de los cabellos al peinarse, disminución de volumen de la melena; áreas de menor densidad capilar que dejan entrever el cuero cabelludo al “clarear”; cabellos nuevos en las zonas de implantación como las sienes.
La caída de cabello posparto puede resultar especialmente llamativa por su aparición brusca y su intensidad. Clínicamente no se diferencia de otros tipos de efluvios. Lo único diferente (y verdaderamente importante) es que en este caso conocemos la causa desencadenante, que es el propio parto.
El diagnóstico se basa en la consulta médica a través de la historia clínica, la exploración tricológica, el pull-test y la tricoscopía digital.
Pronóstico
Afortunadamente, el efluvio posparto es un proceso reversible y autolimitado que no conduce por sí mismo a la calvicie. Pasados 3-4 meses la caída se detiene progresivamente y se empieza a notar menos pérdida de pelo que anuncia la fase de recrecimiento con cabellos cortos y finos que poco a poco se engruesan y crecen. La recuperación del volumen del pelo puede tardar de varios meses a un año. En casos en los que la caída se prolongue más allá de ese periodo es recomendable descartar otros procesos sobreañadidos como el efluvio telógeno crónico o la alopecia androgenética femenina.
Tratamientos disponibles
Lavar el pelo a menudo ayuda a eliminar los cabellos maduros y facilita el recrecimiento.
Los suplementos vitamínicos pueden ayudar a mejorar la cosmética del cabello al aportar la materia prima necesaria para el metabolismo del folículo piloso (deben de ser aptos para la lactancia materna en caso de mujeres que estén dando el pecho).
En caso de anemia o disminución de los depósitos de hierro, la suplementación con hierro oral ayuda a frenar el efluvio y a acelerar su resolución.
El uso de minoxidil tanto tópico como oral es una opción a tener en cuenta en casos concretos caída de cabello intensa, siempre bajo indicación y seguimiento médico.
En casos resistentes, se puede complementar el tratamiento con técnicas en clínica como la mesoterapia capilar con PRP (plasma rico en plaquetas) para activar el recrecimiento del cabello.
Cuidados del pecho lactante
Estas lesiones pueden variar desde una leve irritación hasta grietas y heridas muy dolorosas que hagan tambalear el éxito de la lactancia materna.
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Prevención
No hay una crema milagro que resuelva para siempre las lesiones del complejo areola pezón asociadas a la lactancia materna ya que se trata de un problema fundamentalmente mecánico cuya solución definitiva requiere adquirir una buena técnica de enganche. Dicho esto, las grietas y las heridas en el pecho no son aceptables y conviene conocer ciertos conceptos básicos sobre el cuidado de la piel de esta zona para saber cómo evitarlas en la medida de lo posible.
Evita lavar el pecho antes y después de cada toma. El lavado excesivo destruye la protección natural de la piel.
Evita la ingurgitación mamaria ofreciendo a menudo el pecho al bebé, especialmente si notas acúmulos o el pecho duro.
Masajea la zona con movimientos circulares dirigidos hacia el pezón antes de dar el pecho.
Aplica compresas de agua tibia.
Deja el pecho al aire siempre que puedas.
Si utilizas pezoneras, discos de lactancia o copas recolectoras, recámbialos con frecuencia para evitar la humedad e irritación de la piel.
Utiliza ropa interior cómoda, sin costuras y de tejidos suaves transpirables.
Tratamientos disponibles
El tratamiento dependerá del tipo de lesión en la piel.
Si aparece deshidratación y sequedad: aplica diariamente crema hidratante suave. Para antes de la toma, sin necesidad de retirar, utiliza cremas emolientes a base de lanolina pura.
Si existe inflamación leve: tras la toma, aplica crema regeneradora calmante.
Si tienes heridas o grietas dolorosas: según la profundidad y extension pueden ser necesarios cremas con medicamentos, parches de hydrogel o apósitos cicatrizantes. Es necesario valoración individualizada.
La aparición de psoriasis, dermatitis atópica u otro tipo de eccemas en la region areola-pezón no contraindican la lactancia maternal. Posiblemente, sea necesario realizar un ciclo de tratamiento antiinflamatorio con corticoids tópicos.
En caso de mal olor, secrección amarillenta o verdosa, dolor agudo punzante, fiebre o malestar, es necesario consultar inmediatamente para descartar sobreinfección bacteriana.
Si aparecen lesiones cutáneas “satélites” en la mama, podría tratarse de una candidiasis que requiera tratamiento medico con antifúngicos.
Lesiones cutáneas en la areola-pezón durante la lactancia
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Perlas de leche traumáticas
Aparecen como pequeños puntos blancos o blanco-nacarados bien delimitados y dolorosos en el pezón. Se deben a obstrucción de un conducto glandular mamario y típicamente se inflaman cuando el bebé mama. Ocurren por tracción del pezón durante la toma. Habitualmente se resuelven espontáneamente pero puede llevar varias semanas por lo que se puede tratar en clínica pinchando suavemente la perla o en domicilio frotando suavemente la lesión tras reblandecer la zona en agua tibia durante unos minutos. En ambos casos, inmediatamente después, es recomendable poner al bebé al pecho para que se termine de deshacer.
Perlas de leche de origen infeccioso
Aparecen en el contexto de una mastitis (incipiente o mal curada) en forma de puntos blancos mal delimitados, amarillentos, bajo los cuales puede palparse un “bulto” o componente más profundo. Suelen ser más dolorosos que las perlas traumáticas y sentirse como pinchazos que irradian al tórax o a la espalda. Se trata de una obstrucción de leche complicada con una sobreinfección bacteriana y formación de biofilm, por lo que su tamaño no suele variar durante la toma. No se debe manipular en domicilio y requiere siempre valoración médica.
Ampollas superficiales
Aparecen como lesiones traslúcidas de color piel con contenido líquido trasparente. Son debidas a una succión superficial débil del pezón al mamar. Al ser muy superficiales suelen desaparecer al reblandecerse y abrir su contenido al exterior durante la propia toma. En este caso, es suficiente mantener las medidas básicas de higiene. Para evitar su reaparición, es fundamental favorecer un agarre profundo del pecho que englobe parte de la areola y no sólo el pezón.
Puntos rojo-negros
Aparecen como puntos o lesiones ligeramente alargadas rojo brillantes que con el paso de los días tornan a una coloración violeta-negruzca. Se deben a acúmulos superficiales de sangre por una succión impetuosa (“chupetón”). No suelen ser dolorosos y desaparecen por si solos en pocos días.